Cuidar la salud mental de adultos mayores , DURANTE Y DESPUÉS DE DESASTRES Y EMERGENCIAS

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cuidar la salud mental de adultos mayores

Existe información contradictoria sobre si los adultos mayores tienen  mayor o menor riesgo de sufrir problemas de salud mental en contexto de emergencias.

Por un lado, existen personas que pueden presentar menor riesgo ya que han adquirido durante su curso de vida habilidades para lidiar con dificultades y ahora las ponen en práctica, constituyéndose en ejemplos de resilencia para su comunidad. Por otra parte, existen personas que asociado al paso de los años han presentado problemas crónicos de salud general, salud mental y/o sociales lo que sumado a  algunos cambios del envejecimiento los puede volver  más vulnerables a trastornos adaptativos  y/o trastorno de estrés post traumático asociado a un desastre o emergencia.

Por tanto la edad en sí misma no nos dice el real riesgo de la persona y es importante tener presente otros factores que pueden indicar su mayor o menor vulnerabilidad, ejemplo:

  • Estado de salud previo del individuo.

  • Redes sociales comunitarias y/o familiares con las que cuente.

  • Disponibilidad de recursos para mantener su salud.

  • Nivel de ingresos y recursos sociales.

  • Presencia de deterioro cognitivo.

  • Vivir en una residencia para mayores o en la comunidad.

Recomendaciones para fomentar salud mental en las personas mayores a través de la comunidad  antes, durante y posterior a una emergencia:

Si bien algunas medidas que se listan a continuación estarán orientadas a los equipos de salud y/o sociales que trabajan en los distintos territorios y otras a las personas mismas, en opcionmayor nos parece relevante que ambas partes manejen esta información para saber que realizar y/o que solicitar de sus comunidades.

  • Involucrar a las personas mayores como agentes activos en la preparación de  la comunidad ante desastres.
  • Fomentar vínculos organizacionales, entre individuos, familias y comunidades en general. antes, durante y después de la emergencia.
  • Analizar y compartir lecciones de experiencias previas.
  • Contar con mapeo  y catastro de zonas con personas mayores vulnerables. Tener claro cual será la forma de acceder a esta información de forma expedita y como se utilizará
  • Informar y sensibilizar a los profesionales que trabajan con comunidades y personas mayores de la importancia de estar organizados y anticiparse a las emergencias.
  • Educar sobre las situaciones de salud mental que se pueden generar, el origen de estas y como se pueden abordar, así como también cuales son los signos de alerta puede facilitar una mejor detección y abordaje posterior.
  • Minimizar la interrupción de los servicios de salud donde se atiende o se presta servicios a las personas mayores.
    Considerar en el diseño de  refugios aspectos de accesibilidad física y cognitiva. Iluminación, señalética, rampas, baños,  espacios más tranquilos, forma de hacer anuncios, altura de las sillas, camas, etc.
  • Crear sistemas de contacto o seguimiento que permitan controlar el bienestar de los adultos mayores. Ejemplo, seguimiento telefónico, visitas abreviadas en los casos en que no hay buen conectividad.
  • Desarrollar sistemas de priorización  que consideren  ámbitos sociales para así favorecer una rápida reconexión con la familia y  satisfacción de las necesidades básicas.
  • Establecer un seguimiento continuo y una intervención oportuna para las personas mayores afectadas por desastres, en particular aquellas con niveles más bajos de educación, lesiones o enfermedades físicas relacionadas con el desastre, alto nivel de  afectación comunitaria y dificultades financieras.
  • Proporcionar recursos financieros para personas mayores sin recursos para gestionar trámites o gastos posterior a un desastre.
  • Considerar para las intervenciones potenciales dificultades de traslado, movilidad, sensoriales, auditivas y/o de resistencia.

¿ En quÍenes poner más atención tanto en la preparación como durante la respuesta a la emergencia?

Poner más atención en: 

  • Edad avanzada o fragilidad.
  • Problemas de memoria, deterioro cognitivo o demencia.
  • Problema de salud mental complejos o discapacidad asociada a un problema de salud 
  • mental (ejemplo, esquizofrenia, ansiedad, depresión, demencia, trastorno afectivo bipolar).
  • Problemas de movilidad y/o para trasladarse
  • Mala autopercepción de salud.
  • Problemas visuales o auditivos.
  • Personas que requieren de apoyo de electricidad para sus cuidados de salud 
  • ( nebulizadores, bombas de alimentación, oxigeno terapia, calefacción,etc).
  • Personas en tratamientos médicos específicos y de mayor complejidad por ejemplo díalisis y quimioterapia.
  • Pobre red social
  • Dificultades en  las actividades cotidianas (por ejemplo, caminar, bañarse, comer,
  • administrar medicamentos.

Otros tips para favorecer el apoyo y la vinculación a la comunidad:

  • Generar una red de al menos tres familiares, amigos o vecinos que le apoyarán/ asistirán en caso de emergencia. Con ellos:
  • Intercambiar llaves y muestrar dónde están los suministros de emergencia.
  • Compartir copias de documentos de emergencia e información de salud relevantes ( diagnósticos, medicamentos en uso,dosis, alergias, lugares donde se atiende, próximos controles, número de serie o modelo de algún dispositivo médico que utilice).
  • Notificarse entre sí cuando salgan y/o regresan de la ciudad.
  • Mantener una lista con la información de contacto de dicha red.
  • Guardar copias de  documentación importante en algún envase resistente al agua y entregar copias en papel  o registro digital a miembros de su red de apoyo.
  • Si tiene problemas de comunicación por ejemplo para oír o hablar, anote en sus documentos de emergencia, billetera y bolso la mejor manera de comunicarse con usted.

¿ Qué considerar en relación a  la educación  a la comunidad sobre salud Mental y emergencias o desastres ?

  • Tener presente que algunos mayores pueden tener dificultades para asumir o reconocer que se sienten  abrumadas o angustiadas y eso limitar el acceso a ayuda, atención y tratamiento.

  • Las situaciones de emergencias o desastres pueden involucrar pérdida de posesiones, parte de la  historia personal, ahorros, privacidad, independencia, movilidad, rutinas, seres queridos, cambios en su situación física, empeoramiento de condiciones previas de salud entre otras situaciones. El estrés y el duelo son respuestas normales frente a y la reacción psicológica ante las experiencias de desastres puede durar mucho tiempo.

  • Es normal sentir, miedo, impotencia, tristeza u ansiedad, y ello  favorecer cambios en el comportamiento por ejemplo tener más dificultades para concentrarse  u organizarse que habitualmente no están presentes, e incluso ello llevar a dificultades para desempeñarse en su vida cotidiana.

  • Quienes están a la distancia y se informan a través de los medios de comunicación y/o se preocupan por amigos y familiares en la región afectada también pueden experimentar nerviosismo, ansiedad, irritabilidad, problemas para dormir y estado de ánimo deprimido.

  • En algunos casos como respuesta a un evento traumático,  se pueden producir alteraciones del comportamiento como puede ser aumento del consumo de alcohol, aparición de violencia,  aparición o empeoramiento de alguna enfermedad mental previa, por ello ante antecedentes previos de situaciones de riesgo es importante poner atención y si estos aparecen contactarse a la brevedad con su equipo de salud.

Algunas medidas específicas para cuidar la salud mental durante  y después de la emergencia:

  • Favorecer que las personas mayores estén con un familiar, acompañante o cuidador. Reestablecer prontamente  los contactos sociales y con mascotas.
  • Promover la  sensación de seguridad, calma y esperanza. Proporcionar información suficiente y ofrecer tranquilidad.
  • Apoyar según sea necesario en gestiones para coordinar ayudas de salud y sociales, ya que a veces dichos trámites pueden resultar confusos y afectar emocionalmente a la persona generando sensación de baja autoestima y dependencia.
  • Recopilar información sobre los recursos disponibles.
  • Dar espacio para hablar  abiertamente sobre sentimientos de miedo, ansiedad, irritabilidad u otras reacciones emocionales inesperadas. Escuchar sin juzgar.
  • Gestionar ayuda financiera, emocional y médica si es necesario.
  • Mantener y/o generar una nueva rutina de alimentación, hidratación, medicamentos, sueño y descanso.
  • Recuperar posesiones físicas, realizar visitas frecuentes y gestionar una red de acompañantes.
  • Involucrar a las personas mayores en los esfuerzos de reconstrucción física o social si es posible y la persona lo desea.

Poner atención a la aparición de los siguientes signos de alerta:

  • Aislamiento, evitar el contacto con otros.
  • Apatía, indiferencia, falta de emoción o interés.
  • Agitación
  • Enojo
  • Irritabilidad
  • Desconfianza
  • Desorientación
  • Confusión
  • Pérdida de memoria
  • Rápido deterioro físico
  • Aumento de los síntomas físicos para los cuales no parece haber una explicación médica
  • Trastornos del sueño
  • Deterioro en el desempeño físico diario sin una explicación concreta( menor autonomía, requerir ayuda en actividades que previamente no necesitaba).

Teléfonos  de utilidad disponibles:

Salud Responde 600360 7777 (opción 1) Línea especial de atención psicológica y contención emocional

Fono mayor 800 4000 35 Atención de especialistas en temáticas de personas mayores

Fono Orientación contra la violencia en la mujer 1455

Whats App Mujer + 56 9 9700 7000Orientación y contención emocional a mujeres violentadas

Fono Infancia 800 200 188

Fono Drogas y Alcohol 1412

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