Indice del Contenido
La Navidad es, para muchos, una época de alegría, encuentros y momentos especiales. Sin embargo, para las personas mayores, esta temporada puede cargar consigo emociones complejas y situaciones que requieren una atención especial. En estas celebraciones, es que más que nunca, es importante reflexionar sobre aquellos que la viven con realidades distintas: aquellos que pasan su primera Navidad sin sus hijos, o nietos, quienes ya enfrentan la ausencia de una pareja, o quienes viven con condiciones de salud que transforman las celebraciones en desafíos. Sin embargo, con comprensión, cariño y amor, es posible hacer que estas fiestas sean más especiales para ellos, creando momentos significativos y llenos de cariño.
El “nido vacío” y la primera Navidad sin los hijos
Para muchos padres mayores, esta Navidad marca un antes y un después. El “nido vacío” se siente más profundo en estas fechas, cuando las sillas vacías en la mesa de la cena se sienten como un vacío emocional difícil de llenar. Este año, los padres que acostumbraban a ver a sus hijos regresar al hogar para las celebraciones, sienten el peso de la soledad, de la ausencia. Aunque las videollamadas y los mensajes de cariño ofrecen algo de consuelo, la distancia física y emocional es innegable. Para ellos, cada rincón de la casa puede resonar con recuerdos de tiempos pasados, de risas compartidas, de juegos en familia, de conversaciones que ya no se repiten. Es un momento de adaptación, donde la tristeza puede mezclarse con la gratitud por los años vividos, pero también con la esperanza de seguir creando nuevos recuerdos, aunque diferentes.
Recomendación: Es importante ofrecer compañía, ya sea a través de visitas, videollamadas o incluso invitando a otros familiares o amigos cercanos para compartir una comida o una tarde. Las pequeñas tradiciones, como decorar juntos el árbol o compartir historias, pueden crear nuevas memorias y reforzar el vínculo. Además, las actividades al aire libre o salir a eventos comunitarios pueden ayudar a combatir la soledad y proporcionar un cambio de ambiente. También van a existir personas que no tienen la energía para hacer actividades, con solo acompañarlos ya estarás haciendo una diferencia.
La primera Navidad después de la pérdida
Para las personas mayores que han perdido a un ser querido, la Navidad puede convertirse en un recordatorio doloroso de la ausencia. En particular, aquellos que han enviudado pueden enfrentar un desafío emocional aún más grande. Las tradiciones que antes se compartían en pareja ahora parecen vacías. Los espacios de la casa que antes eran compartidos con un compañero de vida, ahora parecen estar impregnados de un silencio abrumador. Los recuerdos, aunque valiosos, pueden ser dolorosos cuando todo lo que queda es la nostalgia. Es esencial brindar apoyo emocional a estas personas, dándoles el espacio para recordar, pero también para seguir adelante, reforzando la importancia de las conexiones, aunque sean nuevas y diferentes.
Recomendación: Acompañar con empatía y paciencia es crucial. Es fundamental permitirles vivir su duelo, dándoles espacio para recordar a su ser querido, pero también animándoles a crear nuevas formas de celebrar. En lugar de insistir en mantener las viejas tradiciones, puede ser útil proponer actividades nuevas o adaptadas a la situación actual, como una tarde tranquila con una película que les guste o una reunión con amigos cercanos. Ofrecerles el espacio para compartir sus sentimientos o recuerdos puede ser un apoyo importante.
En algunos casos en los cuales genera ansiedad la forma en que se dará la celebración, un consejo es ayudarlos a planificar la actividad y dividirla en hitos. Ejemplo: llegada, conversaciones, cena, entrega de regalos. De esa forma al ir cumpliendo hitos va disminuyendo su ansiedad. En vez de verlo como “todo o nada” de forma global.
Demencia y cuidados especiales en Navidad
La Navidad también puede ser una época difícil para quienes viven con demencia tipo Alzheimer u otras demencias. Para ellos, los cambios en su entorno, las reuniones familiares y las festividades pueden resultar confusas o incluso desorientadoras. Las luces brillantes, los ruidos de la música y las conversaciones en múltiples voces pueden generar ansiedad. Es importante, para los cuidadores y familiares, crear un ambiente tranquilo y familiar, evitando sobrecargar al ser querido con estímulos excesivos. Las rutinas diarias, como las horas de comida o el descanso, deben mantenerse tanto como sea posible, para ofrecerles estabilidad en medio del caos festivo. Además, el cuidado debe ir más allá de lo físico, ya que la conexión emocional a través de gestos simples como un abrazo, una palabra amable o un momento de calma pueden ofrecer consuelo en medio de la confusión.
Recomendación: Mantener una rutina lo más estable posible es crucial. Si las celebraciones familiares son inevitables, es recomendable crear un espacio tranquilo donde la persona mayor pueda retirarse si se siente abrumada. Los familiares deben ser pacientes, evitar sobrecargar de información y, en lugar de presionar para que participen en todas las actividades, simplemente ofrecerles opciones cómodas. Pequeños gestos de cariño, como un abrazo o un momento de calma, pueden hacer una gran diferencia. También se pueden adaptar actividades navideñas, como la decoración o la preparación de alimentos, de manera que la persona se sienta involucrada sin que le cause estrés.
La hipoacusia: La exclusión de los sonidos de la Navidad
Una de las realidades invisibles que enfrentan muchos mayores en Navidad es la hipoacusia, o pérdida auditiva. En reuniones familiares donde las conversaciones y la música juegan un papel central, las personas mayores con dificultades auditivas pueden sentirse aisladas o excluidas. La Navidad, como una celebración llena de sonidos, risas y melodías, puede ser especialmente desafiante para quienes no logran escuchar con claridad. Las conversaciones que fluyen rápidamente pueden convertirse en un enredo de voces incomprensibles. Para ellos, la soledad emocional no solo proviene de la distancia física, sino también de la barrera que representa la falta de comunicación efectiva. En estas situaciones, es fundamental ser conscientes de su condición y tratar de buscar formas de integrar a todos, usando subtítulos, adaptando el volumen o simplemente tomando más tiempo para hablar directamente con ellos.
Recomendación: Es importante hacer un esfuerzo consciente para incluir a las personas mayores con hipoacusia en las conversaciones. Utilizar un volumen adecuado y hablar claramente, de frente, puede ayudar mucho. También es útil asegurarse de que la persona tenga los audífonos en buen estado y funcionando correctamente. Además, en lugar de solo depender de los sonidos de la Navidad, se pueden incorporar otras formas de interacción, como compartir historias visuales, realizar actividades manuales o incluso leer en voz alta pasajes de libros o poesías navideñas.
La depresión en las fiestas navideñas
La Navidad, puede tener significancias que generen mayor sensibilidad en esos días, lejos de ser una época alegre para algunas personas mayores, puede ser un recordatorio de las pérdidas que han sufrido, tanto físicas como emocionales. La soledad, el aislamiento y la ausencia de seres queridos pueden profundizar la depresión. Aquellos que ya enfrentan dificultades emocionales pueden sentirse abrumados por la tristeza en medio de las festividades. Las expectativas sociales de felicidad, las decoraciones brillantes y los anuncios de “la mejor época del año” pueden hacer que se sientan aún más desconectados. Es crucial ofrecerles apoyo, ya sea a través de una visita, una llamada telefónica o simplemente un gesto de comprensión. La inclusión en las celebraciones, incluso en formas más pequeñas y adaptadas a sus necesidades, puede marcar una diferencia significativa en su bienestar.
Recomendación: Es esencial abordar la Navidad con sensibilidad hacia aquellos que pueden estar atravesando momentos difíciles. Acompañarlos con gestos de cariño, sin presionarlos a participar en todas las actividades, es clave. Las visitas regulares, ya sea de familiares o de amigos cercanos, pueden ofrecer un apoyo invaluable. A veces, lo más importante es simplemente estar presente, escuchar y validar sus emociones. También es recomendable alentar actividades suaves y reconfortantes, como escuchar música relajante o salir a caminar por un parque cercano, para ayudar a mejorar el estado de ánimo y fomentar la conexión con el entorno.
Cómo hacer que la Navidad sea más que especial
Más allá de las situaciones específicas que enfrentan muchas personas mayores, hay algunas recomendaciones generales que pueden hacer que esta Navidad sea más inclusiva y significativa para ellos:
Escucha activa: La Navidad es un momento para estar presentes con los demás. Prestar atención a sus necesidades emocionales y físicas es fundamental. Escuchar sin juzgar, sin apresurarse a ofrecer soluciones, solo estar ahí para ellos, puede marcar una gran diferencia.
Crear nuevas tradiciones: Si las antiguas tradiciones son difíciles de mantener debido a cambios en la familia o en la salud de la persona mayor, crear nuevas costumbres puede ser una forma positiva de adaptarse. Ya sea hacer una receta especial juntos o disfrutar de una película navideña, lo importante es compartir tiempo de calidad.
Ofrecer apoyo físico y emocional: Las personas mayores a menudo necesitan ayuda con las tareas cotidianas, especialmente durante las festividades. Ya sea con la decoración de la casa, la preparación de la comida o simplemente para acompañarlos en una actividad, ofrecer ayuda puede aliviar mucho el estrés que las festividades pueden generar.
Incluir en las actividades: Aun cuando no puedan participar de manera activa, involucrar a las personas mayores en las conversaciones o en la planificación de las festividades, de acuerdo con sus capacidades, les hace sentir valorados y parte del grupo.
Mantener la calma y la paciencia: A veces, los cambios en la rutina o las condiciones de salud pueden generar frustración o desorientación. En esos momentos, lo mejor es mantener una actitud calmada y paciente, y recordar que la Navidad también se trata de dar amor, comprensión y tiempo.
Otras consideraciones especiales para un cuidado integral en Navidad son:
Cuidar la salud física y emocional: Las visitas regulares al médico y la atención de condiciones crónicas deben ser una prioridad, incluso durante las celebraciones. Mantener los horarios de medicación y las rutinas de descanso es fundamental.
Ten conciencia acerca de la comida y la bebida: las transgresiones alimentarias en fin de año son comunes, por alimentos ricos en grasas, azúcares y sal, así como también del alcohol. Especialmente en aquellos con condiciones preexistentes como diabetes, hipertensión o problemas digestivos. Por lo tanto, es fundamental ofrecer opciones más saludables y equilibradas, mantener la moderación en las porciones y asegurarse de que los alimentos sean adecuados para sus necesidades nutricionales. Además, es recomendable supervisar su ingesta para prevenir cualquier malestar o complicación relacionada con la alimentación en estas fechas festivas.Crear un ambiente acogedor y tranquilo: Evitar el exceso de ruido, las multitudes o los cambios bruscos en el entorno puede ser muy beneficioso, especialmente para aquellos con demencia o ansiedad.
Fomentar la interacción social: No dejar que la soledad sea el protagonista. Incluso en tiempos de pandemia, las videollamadas o visitas breves pueden aliviar el aislamiento.
Adaptar las celebraciones: Pequeños ajustes, como reducir el volumen de la música o asegurarse de que todos se sientan incluidos en la conversación, pueden marcar la diferencia.
Escuchar con empatía: Escuchar sin apresurarse, con paciencia, y brindando apoyo emocional genuino, es uno de los mayores regalos que se les puede dar a las personas mayores durante esta temporada.
Siempre estar atento a la prevención de accidentes e incendios. Te invitamos a leer nuestra nota de prevención de incendios en personas mayores: https://opcionmayor.com/emergencias-verano-2024-tips-para-personas-mayores-sus-familias-y-profesionales/
Conclusión
Para las personas mayores, la Navidad puede ser una época llena de contrastes. Puede ser un tiempo de recuerdos, de soledad y de adaptaciones. Sin embargo, también es una oportunidad para crear nuevos momentos de conexión, de cariño y de paz. En esta Navidad, lo más importante es recordar que, más allá de las celebraciones tradicionales, lo que realmente hace especial esta época son los pequeños actos de amor, comprensión y acompañamiento que podemos brindar a quienes más lo necesitan. Al hacerlos sentir valorados y comprendidos, transformamos una Navidad común en una Navidad verdaderamente especial.
¡Comparte esta nota con tus seres queridos!
Esta nota fue elaborada por Carolina Paz, Geriatra, para Opcionmayor