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Como prepararse para la muerte de uno mismo
La muerte alinea la vida, ayuda a quedarse con lo netamente importante y esencial al ser humano. Para algunos será el camino recorrido, para otros los vínculos, lo logrado. Pero si hay algo común a todos, es que el final de la propia vida viene marcado de decisiones a tomar, tanto para la persona, así como también para su entorno de apoyo.
En Opciónmayor somos especialistas en datos y tips, y queremos ayudarte a tomar decisiones a lo largo de todo tu curso de vida.
Aquí van 8 aspectos a considerar:
1. Emociones y sentimientos frente a la propia muerte:
Es común que cuando una persona sabe que su muerte se aproxima aparezcan una serie de emociones y sentimientos como la pena, rabia y miedo.
Desde la comunicación de la noticia en la cual nos notifican que el tiempo que queda es limitado, aparecen emociones, cuyo fin es llevarnos a la acción y toma de decisiones.
Así como vivimos una sensación de pérdida ante la despedida de este mundo a un ser querido, también la viviremos respecto a nosotros mismos. Es común pensar en lo que no se alcanzó a hacer y querer algo más de tiempo para lo que cada uno considera relevante dejar cerrado. Esto pueden ser conversaciones, trámites, actos de fe y muchas veces la aceptación y el perdón tanto a otros, así como también a nosotros mismos.
2. Toma de decisiones:
Este es un aspecto crucial, pues es ciertas circunstancias de fin de vida las personas pueden estar muy lúcidas, pero hay otras frente a las cuales por temas médicos y de deterioro de la condición de salud, la toma de decisiones se ve interferida. En estos casos un tercero debe tomarlas y actuar como “tutor.
Cuando las personas se encuentran en condiciones de tomar decisiones hay un instrumento llamado “directrices anticipadas”, válido legalmente en algunos países, y frente al cual punto por punto se identifican las decisiones médicas (ej: reanimación, ventilación mecánica, alimentación por sondas, manejo del dolor, entre otras)
Un concepto clave en este tipo de circunstancias es el principio bioético de continuidad, es decir, lo que una persona decidió en el pasado puede servir de guía para identificar como sería su toma de decisiones cuando no pueda hacerlo.
Un ejemplo de esto es: el Tío Juan siempre prefirió los métodos médicos no invasivos, y alguna vez conversamos acerca de no reanimar frente a situaciones críticas de salud.
Otra opción es cuando las personas se encuentran en condiciones de tomar decisiones, pero no saben si hacia los últimos días de su vida también será así, nombran un representante: “tutor”, generalmente al interior de las familias. Pues es quien creen que ocupará el mejor criterio.
3. Aspectos legales y financieros
Generalmente el aspecto legal que más se considera en esta etapa de la vida es el testamento (entra a nuestra nota sobre este tema).
También es importante acá considerar tener conversaciones con familiares y entorno cercano acerca de los contactos para cuentas bancarias, seguros asociados y beneficiarios de estos.
4. Posesiones personales
Es común al interior de las familias que una vez que fallece alguien, uno o más miembros tienen que ordenar las pertenencias, y ver como repartirlas, venderlas o donarlas entre otros. Este acto sumado a la pena del duelo es difícil de realizar, a tal punto que hay familias que incluso años después del deceso no han logrado terminar de hacerlo.
Sabiendo lo difícil que es la situación, sobre todo con los conflictos al interior de las familias que pueden traer objetos de valor económico o sentimental, en Suecia una autora acuñó el concepto de “Dostadning”, como una forma de regalar, botar, reciclar en vida para que el entorno de apoyo no tenga que vivir el problema de que hacer con las posesiones personales (1).
El Dostadning puede ser una oportunidad para asignar pertenencias a personas de la familia, como una entrega de una parte de uno mismo y de las experiencias vividas con familiares y amigos.
(1)https://www.vanitatis.elconfidencial.com/estilo/decoracion/2022-08-30/orden-limpieza-casa-metodo-sueco-dostadning_3296709/
5.Despedidas
Esta es una fase difícil, pues cada uno quiere tener el tiempo para decirle a los seres queridos lo importantes que fueron a lo largo de la vida de uno. Pero el problema es que se está contra el tiempo, y que no hay claridad respecto al estado de conciencia de los últimos días de vida.
A lo anterior se suma que muchas veces la muerte “toma por sorpresa” y que lo planificado no alcanza a ocurrir. Por eso mismo las frases cortas, miradas, caricias y abrazos son una forma de manifestarlo. Junto a recordar la importancia que la persona de la cual nos estamos despidiendo tuvo en nuestra vida.
6. La última fiesta, el funeral: decisiones personales
Tal como alguna vez pensaste en una fiesta con la música, decoración, personas que asistirían, el funeral es la última fiesta.
En este sentido puedes dejar escrito y listas varias cosas: como quieres que sea tu velorio y sepultación.
Existen funerarias que cobran por el servicio, o tu puedes optar por la compra de una sepultura. De esta forma ahorrarás a tu familia tomar estas decisiones en medio de la pena que significa el inicio del duelo.
7. ¿Enterrar o cremar?
Ambas tienen sus pros y sus contras. Considerando los costos, tiempos, impacto con el medio ambiente y mantención. Creencias religiosas y respeto con el cuerpo del fallecido.
Se recomienda dejar estipulado o conversado con familiares cercanos cual es la opción elegida.
El entierro es cuando el cuerpo del difundo se pone bajo tierra en un ataúd, la cremación es el proceso de reducción de un cuerpo humano a cenizas. Es probable que también te suene el término incineración, esto es transformar un residuo orgánico, a través de la aplicación de altas temperaturas a cenizas.
Es importante considerar que ambos vas a necesitar un ataúd.
Los costos son distintos, para el caso del entierro hay que considerar los costos de sepultación y el pago mensual/anual o arriendo del cementerio. En el caso de la cremación depende si es individual o con más gente. Pero tiene la ventaja de no necesitar un pago constante.
En relación a los tiempos, para ambos casos se cumplen los tiempos máximos legales desde el fallecimiento hasta que se realiza el ritual (48 hrs) en el caso del entierro una vez ocurrido el funeral el proceso fúnebre se da por terminado. En el caso de la cremación o incineración hay que esperar la entrega de las cenizas, lo cual en ciertos casos puede tardar varios días.
Desde el punto de vista medioambiental, ambos son procesos contaminantes. En el caso del entierro es importante elegir bien las urnas, para que estas sean lo más biodegradables posibles. Por su lado la incineración usa grandes cantidades de aceite y carbón, junto a los contaminantes que el cuerpo entrega a la atmósfera.
8. Cómo quieres que te recuerden
No olvidemos la lápida o frase con la cual nos gustaría ser recordados. Esto será en pocas palabras nuestra esencia, que se mostrará a través del epitafio. Hay algunos divertidos, otros inspiradores, algunos poéticos. Elige el tuyo.
También puedes dar a conocer que rituales te gustaría que las personas hicieran para recordarte. Por ej: recuérdenme para Pascua de Resurrección por los buenos momentos vividos en esta época. O para las navidades cocinen mi receta de pavo, para el aniversario de mi muerte júntense a cantar. Cada persona en su individualidad sabrá como le gustaría ser recordada, en que momentos y con que rituales.
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Nota elaborada para opcionmayor por Psicóloga María José Gálvez Pérez, Confundadora Consumidor Mayor.